Es mi firma. ¡Un respeto!

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¿Estamos obligados a firmar recetas de otros?

NO existe NUNCA obligación de firmar NINGÚN documento. Y una receta oficial es un documento. Se diría que tantos años de actuar como máquinas firmadoras, nos hacen perder la perspectiva.

Si alguien en la vida privada nos dijera que estamos a obligados a firmar un documento seguramente responderíamos que sólo lo haremos en caso de estar totalmente de acuerdo con su contenido. Pues en el ámbito profesional, exactamente igual, sin matices ni excepciones. En ningún caso estamos obligados a firmar un documento. Por tanto sólo debemos firmar aquellos de cuyo contenido podamos responder en su integridad en términos de aceptación, acuerdo, responsabilidad, acreditación y certeza. No importa si el documento es una receta, un informe, un certificado (cuidado, documento oficial), un parte de baja o alta, una indicación de exploración complementaria o una felicitación navideña.
NADIE PUEDE OBLIGAR A FIRMAR NADA A NADIE, independientemente de su nivel jerárquico o técnico. Y por supuesto aquí incluyo a los legisladores. Dicho de otro modo, no hay disposición legal alguna, sea cual sea su rango, que obligue a nadie a estampar su firma en un documento.

Y por una cuestión de cumplimiento de funciones, dignidad profesional, garantía para los pacientes y seguridad jurídica propia, yo recomendaría que nadie firme un documento cuyo contenido no comparta, acredite y asuma plenamente, porque, eso sí, en el momento en el que eres firmante, eres responsable completo de su contenido.
Es decir, que cuando alguien diga o escriba eso tan manido de «tienes que firmar», ya podemos asegurar que incurre en una contradicción de términos clara.

Al hilo de todo esto, me llama la atención que la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid publique una normativa excluyendo a los servicios de urgencia de la obligación de uso de la receta oficial del SNS que afecta al conjunto de todos sus servicios de salud. Sé bien que en la práctica muchos servicios de urgencia no usan la receta oficial, pero con la normativa general sobre uso de receta oficial, estoy casi seguro de que están obligados a hacerlo y, sin ser jurista, diría que publicar una normativa que precisamente se lo prohibe, produce un conflicto de rango de norma, donde la autonómica tiene las de perder.

Mantengamos en este tema una dignidad profesional que parece que la mayoría de nosotros hemos olvidado con el pretexto de «para no perjudicar al paciente». Como si dedicar nuestro tiempo a funciones burocráticas (por tanto perfectamente prescindibles) o propias de otros ámbitos (administrativas de los servicios hospitalarios o de dispensación de las oficinas de farmacia), no fuera claramente perjudicar a unos pacientes, a los que apenas podemos dedicar tiempo como médicos que somos.

Toni Bayón
Médico de familia
(Fragmento de un mensaje enviado al Grupo Antiburocracia de Madrid)

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6 Responses to Es mi firma. ¡Un respeto!

  1. Fernando dice:

    Bonita firma..
    Abierta, inicio a la izquierda hacia abajo, pero con tendencia ascendente, optimista… al final..
    Espero que ese sea el futuro de todos..
    Firma respetable… por supuesto. y yo la respeto..
    El problema es que no la respetan tus/nuestros jefes.
    Paciente que viene a consulta, joven, sin ninguna patología, porque en el Conservatorio la han dicho que vaya a su médico de cabecera para que certifique que puede iniciar estudios de flauta, y no tiene problemas respiratorios, supongo, para que le haga una espirometria..
    Como el que quiere ser monitor de bolei-vol playa y viene con un documento de la Federación de Volei-Bol para que certifique que lo puede hacer; como el que viene con 70 años, estupenda remitido por el centro cívico del ayuntamiento para que certifique que puede hacer Tai-Chi; como el que viene porque en la consulta del especialista que le ve de forma periódica, le ha citado para la siguiente consulta y como necesita ambulancia, viene a que le haga el «volante de la ambulancia»; como el que viene del especialista o urgencias, que como tienen mucha lista de espera, que el médico de cabecera le haga una nueva interconsulta, para que le de el resultado de la suya y ponga preferente.. como…
    Lo triste no es que hagas esa firma tán bonita que tienes, pensando en tu paciente, para evitarle molestias, porque el es inocente de todo esto..
    El problema es que como no firmes en el documento, y denuncie el hecho a la gerencia, esta te empurará a tí..
    Y lo triste igualmente es que hay compañeros que les es mucho más facil y cómodo, no hay que pensar…, y estén encantados de hacer firmas..
    En definitiva, el último que puso la firma es el culpable del hecho catastrófico que se produzca: pues el médico de cabecera me dijo que podía hacer voleibol, taichi,gimnasia de mantenimiento, etc,y el ayuntamiento, la federación o quién sea dirás que tu eres el culpable por haber firmado y haber comprobado realmente que podía hacer lo que has certificado..
    Como dice un compañero, no somos los dirctores de orquesario, somos como mucho no solo el coche escoba, sino también los porteros de discoteca : si no le dejamos entrar ( no le enviamos al especialista ), la culpa es nuestra.. y si le enviamos y al final lo pódriamos haber solucionado nosotros.. ( estos de primaría para que están,, no hacen nada.. )
    En fin.. sigue con esa firma, que es sencilla y rápida, lo que te permite firmar cientos de veces a lo largo del día…
    Al menos que no gaste tiempo..
    Un saludo

  2. Fernando dice:

    Como no hago deporte…
    Volei-bol o voleibol..
    pero nunca Volei-Bol..
    Como voy a certificar esto..
    Perdón.

  3. Asunción Rosado dice:

    No puede estar mejor escrito y explicado. Lo de Toni y lo de Fernando.

  4. Prosti dice:

    EL GARABATO
    En el hotel me pasaron la nota para que firmara la cuenta y cargarla a la habitación. Sin querer, firmé con el garabato y pensé: ¿dónde voy yo con esta firma?, luego me acordé de la del notario, cuando lo del piso, menuda firma, ¡esa sí que vale! Pensé: tal vez si todos los médicos de atención primaria cambiáramos de firma, se solucionarían nuestros problemas; al fin y al cabo, cada centro de salud es una empresa con un presupuesto aproximado de unos 6 millones de €, ¿es qué no nos acordamos?, ¿o es que no lo saben los pacientes o el resto del mundo mundial? Ya que no lo dicen nuestros directivos, tal vez podríamos ir educando a la población nosotros, seguro que nos considerarían más que a un notario.

  5. Alicia dice:

    Yo lo entiendo, pero aquí el último mono es siempre el paciente, que sí que no tiene dignidad, ni nada. Y a una persona enferma no le podéis exigir que entienda quién le tiene que firmar cada cosa, porque no todos están en condiciones de pegarle al especialista un hipoaullidohuracanado para que le dé las recetas y cuando llegas a la consulta de atención primaria, quien se lleva el chorreo eres tú, cuando no te mandan de vuelta al especialista a buscarla. Ojo que no lo digo por mí, que yo tengo una sana dosis de agresividad, formación e información y me voy a atención al paciente si no me dan las recetas, pero he visto en mi ambulatorio casos (en personas especialmente frágiles, que son las que se dejan chulear por los especialistas) que dan vergüenza. Así que la dignidad, mejor ejercerla con el consejero de salud que con un enfermo… Y en cualquier caso, arregladlo entre vosotros, que nosotros ya tenemos bastante con lo que tenemos.
    Sin acritú… (es que es un tema que me puede) 🙂

    • joseluisquintana dice:

      Estimada Alicia, tienes una parte de la razón. Trabajamos con personas y nuestras decisiones tienen consecuencias sobre ellas. Lo que ocurre, es que la constante apelación a «pobres pacientes» es la que nos ha llevado a esta situación: pobre paciente que te cuesta hacer la ambulancia que tenían que haberle hecho en el hospital…. vaaaale, que te cuesta hacer la receta del oftalmólogo… vaaaale, y así una tras otra, hasta tener un tercio de tu actividad dedicada a los papeles. Papeles en los que tu firma avala cosas que ni conoces y que en ocasiones han tenido su repercusión. Te aseguro que antes de tomar las decisiones que se toman se notifican hasta el aburrimiento al Consejero (y al Defensor del Paciente y al Defensor del Pueblo y al Congreso de los Diputados y al Presidente de Gobierno… te lo digo en serio que lo hemos hecho). Llevamos años planteándolo, lo tienes en el grupo antiburocracia (enlace al pie de la entrada).
      Nuestro conflicto en efecto es con la consejería no con los pacientes y los responsables de arreglarlo hacen lo que hacen. Cada 4 años se les elige entre todos.
      No me parece razonable acudir a que son pacientes para que yo cargue con las cosas que nadie quiere hacer habiendo además normativa que señala lo contrario. De allí vengo y no quiero volver. Yo también tengo mis problemas.

      No encontré acritú alguna en tu comentario 😉

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