Cuentan que un hombre caminaba distraídamente por el bosque, tropezó y cayó por un precipicio de 500 metros. Cuando había caído los primeros 50 metros, se agarró a una raíz de una planta que crecía en la pared del precipicio. Al recuperar el resuello, gritó con todas sus fuerzas: “¿Hay alguien ahí?“. Detrás de él oyó una voz que le dijo: “Soy tu ángel de la guarda, suéltate que, justo antes de estrellarte con el suelo, te recogeré y te depositaré suavemente en terreno firme”. El hombre guardó unos segundos de silencio y luego volvió a gritar: “Vale, pero…¿hay alguien más?”
Esta es exactamente la sensación que tengo estos días. Un grupo de médicos de atención primaria (casi toda gente de a pie, de la de la consulta) intentan promover la calma y la tranquilidad y recomiendan poner en marcha algunas medidas para aliviar el previsible exceso de trabajo (lo voy a decir, por si no quedó claro: nos dirigíamos a todos los que gestionan el Sistema Nacional de Salud, que no son pocos) y la contestación resumida es: nosotros sabemos lo que hay que hacer, ya nos ocupamos, ya mandamos las mascarillas, le das la baja a las profesoras embarazadas (y a las enfermeras, a las médicos, a las cajeras de supermercado, etc.), te inflas de hacer informes a los niños y… Vale, pero… ¿hay alguien más?
Es la nueva forma de gestión, el absolutismo gestor en su variante ensimismada: todo para el asistencial, pero sin el asistencial. Seguimos esperando.
Obsérvese la sensatez de los pediatras madrileños de primaria en la nota dirigida a sus/nuestros mandos.
José Luis Quintana, médico de familia.
Estos días en que ya estoy reincorporado al curro, la gente, obviamente, me pregunta sobre la gripe A. Y la gente no es tonta. Algunos 8muchos) sí acuden asustados y yo los tranquilizo (y les doy la “hoja para padres” de gripeycalma:-)).
Pero cada vez son más los padres que – afortunadamente en este caso – ya no se creen nada de lo que sale por la tele. No ven esta gripe como el apocalipsis, como algunos nos quieren vender.
Esta desconfianza de muchos padres hacia lo que leen y/o escuchan por TV o radio se la debemos a nuestros políticos (sean del color que aean), gestores (sean del color que sean) y medios de comunicación (sean del color que sean). Es triste pero, en este caso, puede ser beneficioso.
a seguir en la lucha.
Un saludo.
Muy bueno el post, muy bueno.
Y es verdad… que está la Gestión Sanitaria que se queda dormida en una UCI y la hacen donante… por tener el encefalograma plano.
¡Qué sensación de soledad pensando tantos lo mismo!… es curioso.
Pero…es que en gripe y calma os habeis olvidado de los gigolos . Hay que incluir este punto en el decálogo.
[…] lo he dicho antes: alejar a los asistenciales sensatos (evitar expertos) de los centros de toma de decisiones tiene […]