Hasta aquí he llegado

                Soy tutor de residentes de medicina de familia desde hace unos 30 años. He sido responsable de una unidad docente en Madrid durante 7 años. La formación de residentes es de las mejores cosas que me han pasado en mi vida profesional, creo que me ha ayudado a ser mejor en mi trabajo. No voy a seguir recibiendo residentes mientras mantengamos el nivel de deterioro de las condiciones laborales que vivimos.

                Las condiciones laborales de los médicos de familia no han dejado de empeorar en los últimos 20 años, con crisis y sin ella, con pandemia y sin ella. Cosas que teníamos hace 10 años ahora son lujos inalcanzables.

                La docencia y la formación se resienten gravemente en estas condiciones. Ni el esfuerzo de los tutores ni la ilusión de los residentes compensan las pérdidas. Paso malos ratos cuando una residente de primer año me ve una mañana entera ocupándome de papeleo absurdo. Ha aprendido mucho más sobre la baja que sobre ninguna otra cosa. Eso ni es medicina de familia ni es atención primaria, es el lugar al que nos han llevado nuestros incapaces responsables y una tolerancia al maltrato laboral digna de estudio.

                Años y años de denunciar que la burocracia y la masificación destruyen la primaria no sirven de nada. Años y años de hablar del deterioro de la plantilla no sirven de nada. Años y años de denunciar la escasez presupuestaria que nos ahoga no sirven de nada. Sentencias judiciales que confirman que las condiciones laborales son lesivas no sirven de nada.

                Observo con frustración cómo al terminar su periodo formativo los residentes abandonan la atención primaria en busca de mejores condiciones laborales. La situación es muy similar en otros territorios de nuestro país, ningún consuelo.

Son muchos los tutores con la misma idea.

La atención primaria agoniza desangrada por falta de interés de los responsables de su mantenimiento y mejora. Ni el gobierno central ni los autonómicos tienen otra cosa más que buenas palabras. Así no voy a seguir recibiendo residentes. Si el año que viene las condiciones cambian podré modificar la decisión, si no, seguiré en la misma actitud. Hasta aquí he llegado.

José Luis Quintana. Médico de familia

7 Responses to Hasta aquí he llegado

  1. arosadox dice:

    No hay mucho más que decir. Bueno, si: tristeza y frustración

    • Antonio dice:

      Hola Dr. Quintana, creo que ha tomado la mejor decisión. En la facultad de medicina nos adoctrinan con el dogma de la vocación y el servilismo, no nos enseñan la verdadera profesión. Nunca olvidaré a mi profesor de ginecología que se quedaba todos los días hasta las 5 – 6 de la tarde pasando consulta un día tras otro… eso para mi una falta de respeto a los pacientes y a la profesión. Hay que parar y decir basta.
      En la universidad no te enseñan. La carga de conocimientos y esos exámenes de temario interminable que hacen que uno entre en 6° quemado. Y sexto… que me dice?. Como es posible que a la hora de obtener un título como el de médico no sepamos llevar unas urgencias ambulatorias o una consulta?. Dan por hecho que tenemos que hacer el MIR. Un examen desfasado y arcaico que valora los «terabites» que hay en tu cabeza en vez del conocimiento holístico de la medicina y todo ello desembolsando la catidad mínima de 3.000€ para que una academia te de material y videoclases. Ellas son las más beneficiadas en todo esto.
      Quizás deberíamos cambiar 180° de rumbo. Tener un 6° y 7° bien remunerado con rotatorio principalmente en medicina de familia donde aprendamos a llevar una consulta y unas urgencias ambulatorias, que den responsabilidades. Y quién quiera especializarse que lo haga con CV y no con un examen de memoria. Quizás así empecemos a parecernos a países con una sanidad años luz que la que tiene España.

      Un saludo

      • José Luis Quintana dice:

        Hola Antonio. Esto es mucho más largo de lo que puedo comentar en un blog. Creo que todo se puede mejorar pero hay que tener mucho cuidado con las reformas. El MIR democratizó la medicina (no hace falta ser hijo de médico ni estar al albur de los «becarios») y es un sistema de éxito. Que se puede mejorar, sí claro. No sacaría nunca a la Medicina de Familia del MIR.

  2. rafaguerrag dice:

    Estimado compañero, creo que cada día que pase todo irá peor para nosotros y mejor para los políticos.
    Su objetivo es privatizar la Sanidad y ahorrar así miles de millones que se embolsarán y/o dedicarán a sus sucios y antisociales chanchullos.
    La culpa la tenemos nostros por no defender la sagrada profesión que con tanto sacrificio tratamos de dignificar cada día, aunque sea a precio de saldo y luchando con consultas masificadas, plantillas exiguas y falta del mínimo respeto por parte de los «poderes públicos».
    Perderemos por cobardes y pusilánimes ante unos incompetentes y vagos políticos que ya hace mucho tiempo nos quitaron el timón de la Medicina.
    Los pacientes españoles se merecen una clase médica con más valor, más orgullo, más autoestima…
    ¡Qué tristeza!

  3. […] información en esta entrada del blog Atensión […]

  4. Ecm dice:

    Me apena y mucho leer esto. Los residentes son el futuro. Y coincido en que es un regalo para un medico de familia poder transmitir lo aprendido y aprender de ellos. Sin residentes no hay futuro. Pero coincido plenamente en que me cuesta poder transmitir nada positivo en las circunstancias actuales. Y que me he planteado tambien dejar de tutorizar residentes…si no puedo transmitir la ilusion de la eapecialidad no soy buena tutora. Y hoy pir hoy ilusion cero

  5. M P Arroyo dice:

    Compañero, felicitarte por tu franqueza y darte la razón en el título, yo también he vivido esa vergüenza ante el discente. Hemos puesto tanto interés, a lo largo de los años, en mimar la profesión y la atención al paciente, que hemos dejado a un lado ver de presionar para mejorar el estado de nuestra AP dentro del SNS. Sin recompensas ni estímulos, dimos cuanto podíamos por ella…pero no ha sido valorado sino tenido como lo que correspondía hacer… Renunciar a tutorizar o a que la Medicina de Familia siga una formación reglada y tutorizada, no es el mejor camino. Posiblemente, toque reconstruir sobre bases más sólidas…tras la pandemia y, en ello incluyo: todo lo que no es acto médico, dejar de hacerlo. No nos corresponde. Como decía un blog conocido «dejar de hacer, para poder hacer». Gracias por la reflexión.

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