Hace 8 años, tras la movilización de los sanitarios y de la población contra la intención de privatizar la sanidad madrileña por el gobierno de Ignacio González, único presidente de la Comunidad de Madrid en pasar por la cárcel, fuimos cesados como directores de Centro de Salud cuatro de los médicos que habíamos dirigido o participado en las protestas. Entre las acciones de protesta tuvo especial relevancia la firma de la “dimisión anticipada” de más de la mitad de los directores y miembros de los equipos directivos de centros de salud. Esta medida sorprendió al desconocer la mayoría que son “puestos chollo”, compatibilizados con la actividad asistencial propia, a la que se suma toda la actividad directiva consistente en organizar las tareas del centro, escuchar a los compañeros y los pacientes, mejorar los resultados en salud para la población y comprobar como la normativa y las indicaciones del escalafón directivo no se encuentran en el día a día y menos en los momentos críticos.
En nuestro caso se nos acusó de haber gastado hasta un 240% más del presupuesto asignado y se nos expuso a escarnio mediático en un momento en que los escándalos financieros del propio partido de gobierno eran diarios. Afortunadamente la mayoría de la prensa y los propios compañeros entendieron que, no teniendo firma ni atribuciones para contratar, solo podíamos compensar la incapacidad de Recursos Humanos para encontrar suplentes disponibles donde los hubiera, hacer malabarismos para encajar contratos y proponerlos al Gerente, quien podía aceptarlos y rechazarlos estampando, o no, su firma. En resumen, quien nos cesó podría haberse cesado a sí mismo, algo improbable que ocurra nunca, pero nos convirtió en “mártires” gustosos de una buena causa y nos permitió seguir desarrollando nuestra profesión de médicos de familia con el orgullo y la dignidad intactos.

Durante los dos años y medio de pandemia y en especial en el último año, cualquier ciudadano madrileño es consciente, por su experiencia y porque los medios de comunicación lo han explicado hasta la saciedad, la situación en la que estamos trabajando los profesionales sanitarios en general y de atención primaria en particular: altas tasas de enfermedad, sobrecarga de tareas en todas las categorías, falta de recursos humanos y materiales, falta de respuesta de las autoridades a las necesidades del día a día, suplidas por el voluntarismo y la determinación de los profesionales y directivos de los centros de salud en beneficio de la salud de los pacientes. Todas las necesidades y carencias se suplieron a base de voluntad, de olvidarse de normas, de saltarse los límites de la profesión de cada uno asumiendo tareas ajenas, de arriesgar la salud propia y en muchos casos perderla.
En esos tiempos difíciles nos compensó el aplauso y el reconocimiento de nuestros pacientes y de la población en general. Pero también hemos visto con asombro el cambio a la crítica de algunos políticos y gestores, que parecen señalar a los profesionales para disimular sus incapacidades. No parece casual que, en estos días, se haya hecho pública la apertura de un expediente disciplinario a la Dra. Mar Noguerol y la condena a 10 meses de inhabilitación como directora y como médico de familia, con la pérdida añadida de la plaza obtenida por sus méritos hace más de 20 años. No parece casual siendo Mar Noguerol una de las profesionales que más ha destacado en la defensa de la sanidad pública en general y de la atención primaria en particular, tanto desde su puesto de trabajo como médico de familia, desde su actividad como directora de centro de salud y mediante su compromiso con movimientos profesionales y sociales.
El expediente y los hechos
“HECHO PROBADO: Que Dª Mar Noguerol, con categoría de Médico de Familia que desempeña el cargo de Directora del Centro de Salud Cuzco, …ha incurrido en una incorrecta práctica al haber estado realizando la cobertura de las sustituciones por incapacidad temporal de los profesionales de su centro, con candidatos que elige, siendo la cobertura por bolsa, … , según se establece en el Acuerdo de 5 de febrero de 2016 de selección temporal en las Instituciones Sanitarias adscritas al SERMAS”.
Según consta en el expediente, se prueba que Mar Noguerol propuso en dos ocasiones una sustituta para una baja laboral en el área administrativa, eligiendo una persona con experiencia demostrada. En ambos casos, el servicio de contratación rechazó la propuesta y propuso a una persona sin experiencia en el trabajo de centro de salud, aunque con más puntos en la bolsa de empleo. En el primero, tras contrastar la información con la persona elegida, Mar Noguerol anuló la petición de sustituto. En el segundo caso, se contrató a otro trabajador.
Y es una falta grave porque se han saltado “los principios de igualdad, mérito, capacidad, competencia y publicidad” que recogen los acuerdos sindicales y que deben guiar la toma de decisiones de la cadena de mando. Es además notorio, que la persona elegida por Mar Noguerol es su hija Alba Vigil Noguerol, con 0 puntos en la bolsa.
Es decir, un caso sencillo para la instructora, que cierra el expediente con una sanción de 10 meses de empleo y sueldo, no solo como directora, también como médico de familia y la pérdida de la plaza conseguida mediante oposición 20 años antes. La misma instructora justifica en el escrito lo moderado de su decisión porque podría haber sido hasta 2 años.
Cualquiera que haya visto la película “12 hombres sin piedad” recordará como un caso sencillo va dando la vuelta según se van enfocando los hechos. Y a eso vamos:
En primer lugar, los Acuerdos sindicales de 2016 funcionaron muy bien hasta hace un par de años en que, como consta en la sentencia, porque en su punto 5 se admitían las propuestas de los centros sanitarios en los nombramientos inferiores a 15 días por el criterio de “urgencia de cobertura”, después de comprobar Recursos Humanos que la baja estaba emitida por un plazo corto a criterio del médico emisor. En la sentencia se da el mismo rango a la nueva interpretación de los acuerdos sindicales que a los propios acuerdos, “El criterio dado desde la Subdirección General de Selección de personal …. es que la sustitución de una IT, al no conocerse su duración, se considera siempre de larga duración”.
Cuando se habla de “mérito, capacidad o competencia”, es de suponer que la persona habilitada en bolsa ha de reunir las cualidades suficientes para realizar el trabajo para el que es contratada. Cualquiera que conozca el funcionamiento de un centro de salud sabe que el trabajo administrativo incluye programas informáticos y conocimientos específicos que solo se adquieren con la práctica o con la formación, pero ni Recursos Humanos ni otros organismos se ocupan ni parecen preocupados en ocuparse. La consecuencia es el malestar general y la renuncia a suplir las bajas cortas para no cargar además con el trabajo “docente” y con el trabajo del ausente.
Tampoco se hace eco la sentencia de que la bolsa de contratación, que según los citados Acuerdos debía estar actualizada el 1 de enero de 2021 seguía sin estarlo en el mes de junio, incumpliendo la Subdirección Técnica de Provisión y Contratación sus obligaciones. Alba Vigil Noguerol, fue contratada por primera vez en el SERMAS en Marzo de 2020 y al día siguiente destinada a IFEMA hasta su cierre, pero la falta de diligencia en la actualización congeló sus méritos en 0 puntos. Una bonita forma de agradecer los servicios prestados tras haber contribuido, con su esfuerzo y riesgo para su salud, a sostener los momentos más duros de la sanidad madrileña.
Por último, como en cualquier película, sin cadáver y sin arma, no puede haber asesino ni asesinato. Mar Noguerol nunca ha contratado a nadie para trabajar en el centro de salud porque no tiene firma para ello y, además, su hija no fue contratada para la suplencia, a pesar de su preparación y sus méritos. Mar Noguerol, se limitó a buscar y proponer un suplente con capacidad para realizar su actividad laboral, algo que se premiaría en cualquier empresa y mucho más en una situación de crisis permanente como la que venimos viviendo.
“Caso Noguerol”, el montaje del director.
Aprovecho para hacer notar que desde la publicación del Decreto 52/2010, de 29 de julio, del Consejo de Gobierno, por el que se establecen las estructuras básicas sanitarias y directivas de Atención Primaria del Área Única de Salud de la Comunidad de Madrid, deroga expresamente el “Reglamento sobre normas básicas de funcionamiento de los equipos de Atención Primaria de la CM“, y desde entonces no están reguladas las figuras de “Responsable de enfermería” ni de “Responsable de Unidad Administrativa”, por lo que los nombramientos, compensación económica y atribución de funciones directivas son totalmente fraudulentos y la responsabilidad de toda la cadena directiva ante cualquier situación crítica difícil de predecir.
No tengo el gusto de conocer ni de haber tratado al Gerente Adjunto de Gestión y Servicios Generales de Atención Primaria, el señor Pedro J. Suárez, por mi involuntario apartamiento de la cadena de mando, aunque los comentarios que llegan de su estilo y toma de decisiones no parecen muy halagüeños. Pero no parece casual que se impulse un expediente contra una persona con la que ha tenido importantes diferencias de criterio en su tarea directiva. En su criterio economicista de la gestión, algo siempre loable, ha obviado que el porcentaje destinado a Atención Primaria en la CM la convierte en el farolillo rojo, con un 10,75% frente al 14% de media a nivel nacional.
Poco después de su nombramiento se empecinó en limitar los “doblajes”, horas extras ante la falta de suplentes, exigiendo condicionados a la ausencia de más del 25% de la plantilla. La rotunda oposición de los directores de centros de salud, con participación destacada de Mar Noguerol, frenó en seco la iniciativa. También debía sentirse muy orgulloso de haber reinterpretado los acuerdos sindicales del 5 de febrero de 2016 para que toda ausencia sea cubierta por bolsa centralizada, pues se jactó de haber logrado disminuir en un 30% las sustituciones de bajas en el área administrativa ante los representantes sindicales. Y no fue consciente de la tormenta que desataba cuando en la misma reunión concluyó que así “Mar Noguerol no podría contratar a sus hijas”.
Puesto que el Art 95.2, punto e, del TREBEP explicita como falta muy grave “La publicación o utilización indebida de la documentación o información a que tengan o hayan tenido acceso por razón de su cargo o función.”. Enterada Mar Noguerol por los asistentes, le pidió explicaciones en dos ocasiones mediante correo electrónico. Ante la falta de respuesta le interpeló en el transcurso de una reunión directiva de la Dirección Asistencial Oeste en el mes de octubre de 2021. Unas semanas después daba inicio el expediente, 6 meses después de los hechos, parece una extraña relación temporal.
Corolario: Mar Noguerol se queda, Pedro J. Suarez se irá.
Ahora, solo cabe esperar la respuesta al Recurso de Alzada ante el Viceconsejero de Sanidad, en el que cabría esperar una reinterpretación justa ante una sentencia disparatada y limitar cualquier sanción que se quiera imponer a su actividad como directora del Centro de Salud, pero nunca como médica de familia.
También queda en sus manos valorar la calidad de un expediente riguroso en las conclusiones y falto de rigor en el desarrollo y la actuación del Gerente Adjunto de Gestión y Servicios Generales, Sr. Pedro J. Suárez Sánchez, que además de desconocer la importancia de contar con personal cualificado y en número suficiente, parece haber incurrido en una falta tipificada, agravada por la posición jerárquica que representa.
Quizás el destino final de todo este despropósito sea un largo periplo judicial y una tortura de años para la Dra. Mar Noguerol, pero está claro que Mar se queda con nosotros mientras que Pedro J. Suarez se irá tarde o temprano, como todos los directivos de ocasión que nos han acompañado un tiempo limitado, habiendo aportado mucho ruido y pocas nueces. Mientras, los responsables de los centros de salud seguirán luchando por mantener la calidad de su trabajo, y lo harán sabiendo que sus tareas directivas carecen de cobertura legal, que no están recompensadas ni valoradas adecuadamente, pero que son imprescindibles para que Atención Primaria siga siendo el servicio público mejor valorado. Quizás por poco tiempo, con unos recursos deliberadamente menguantes y unos directivos que piensan en la gestión como trampolín y no como servicio público.
Paulino Cubero. Médico de familia
Muy interesante artículo, pero uno q ha sido, DMedico, Gerente y DG de AP no se siente bien tratado por el título, siempre salí de zona de confort para intentar aportar desde puestos de decisión mejoras en la AP, por supuesto no logre todo lo q me propuse y la administración y sus procedimientos son como una losa pero intenté ponerle alma en mi gestión y q los profesionales se sintieran escuchados.
Un saludo