Kopago, képago

marzo 18, 2012

Lo que parecía lejano hace relativamente poco, está aquí. Se introduce el copago sanitario. Ha empezado por Cataluña, pero con toda seguridad, si no hemos perdido el juicio del todo, ha de extenderse al todo el país.

Es posible que no haya más camino, pero lo que se ve venir no tiene buena pinta. No me gusta porque no es una medida para introducir racionalidad en el sistema, es una medida estrictamente recaudatoria. Necesitamos pasta y el sitio más fácil es pillarla en el mostrador de las farmacias. Es como subir el IVA… compras y pagas.

Es evidente, que el actual sistema por el que un pensionista millonario consigue fármacos gratis y un parado con tres hijos los paga, puede y debe ser reformado. Es una medida que introduciría justicia en las aportaciones que realiza cada paciente al precio de los medicamentos.

Si lo que se quisiera es ahorrar dinero en farmacia hay medidas que, en mi opinión, tienen más sentido. La financiación selectiva de medicamentos. No se puede financiar cualquier guarrería farmacológica, que las hay «a puñaos». Los países modernos, los que de verdad rigen sus destinos, cuando se les presenta un fármaco de los que no aporta nada y es caro, no lo financian y listo. «Lo puede usted vender, pero yo no se lo compro». Así de fácil. Ayer mientras que pensaba en esto le pregunté a OMI-AP los principios activos que empiezan por «a» que se pueden prescribir. El número y precio de los que la evaluación del ministerio y de las comunidades autónomas dice «no aporta nada nuevo» es escandaloso. En mi humilde opinión, con lo que se sabe ahora, no sé por qué se financia la agomelatina, por seguir con la «a» 😉 y seguir con un ejemplo de hace un par de entradas. Tendría repercusión económica, orientaría a uno-de-los-mejores-sistemas-sanitarios-del-mundo a la prescripción de fármacos consolidados, no como ahora, que es el paraíso de los horteras terapéuticos, amigos de lo ultraúltimo y de cosas menos confesables… en fin. No solo se debería reorientar a los pacientes, también a los sanitarios y a sus responsables. Esto, es tan de cajón que, si no se pone en marcha, solo se me ocurre que sea porque es mucho más fácil meter la mano en el bolsillo de angustiados ciudadanos, que de poderosas multinacionales.

Es la hora de los valientes.

José Luis Quintana, médico de familia.

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Aquí, alguien ha matado a alguien

noviembre 18, 2011

Contaba el genial Miguel Gila que él detuvo a Jack «El Destripador». Refería que, como no era partidario de la violencia, decidió detenerlo «con indirectas». Cada vez que se lo cruzaba, decía «aquí, alguien ha matado a alguien».

Este es el genial monólogo, en el que al final cuenta cómo lo hizo:

Me ha venido esto a la cabeza, al leer estas noticias:

Aquí, alguien se está gastando lo que no está en los escritos. Hay que empezar con las indirectas, hasta detener al responsable.

Menos mal que la prescripción por principio activo arreglará las cosas 😉

José Luis Quintana Gómez, médico de familia


¿Por qué reciclar en nuestro centro de salud?

junio 15, 2011

– Porque el deterioro de nuestro entorno natural repercute en nuestra salud. reciclar
– Porque hay muchos residuos susceptibles de ser reciclados que se tiran en el contenedor de restos y acaban en el vertedero, contaminando el suelo, las aguas subterráneas y la atmósfera, degradando nuestro entorno o medio ambiente.
– Porque mejorando nuestro entorno, contribuimos a mejorar nuestra salud: Prevenir es mucho más que curar.
– Porque cada ciudadano, en España, genera, por término medio, más de 600 kg de residuos al año (1,7 kg/día), o sea, más de 25 millones de toneladas de basura al año: 1,7 kg/día x 365 días x 40 millones de habitantes.
– Porque todos tenemos capacidad para modificar voluntariamente nuestros hábitos de consumo, utilizando las tres erres: Reducir, Reutilizar y, por último, Reciclar nuestras basuras, en este orden de prioridad. De esta manera se consigue evitar el deterioro medioambiental, un ahorro de materias primas y de energía y una mejora de la salud.
– Porque en nuestro centro de salud también generamos residuos susceptibles de ser reciclados. Para ello es necesario separar en origen: papel, plástico, metal y briks, vidrio, pilas, medicamentos, cartuchos de tóner, radiografías, residuos orgánicos, aerosoles y sprays o residuos biosanitarios.
– Porque la mayoría de los trabajadores estamos dispuestos a reciclar en el trabajo, siempre y cuando se faciliten los contenedores y funcione el circuito de reciclado.
– Porque con la implantación de recogida selectiva, en nuestro centro, hemos disminuido en un año (2009) la cantidad de residuos generados no reciclados casi a la mitad. Lo que ha supuesto reciclar 2,5 toneladas de papel y 646 kg de plástico al año, y evitar, con ello, la tala de 35 árboles y ahorrar una tonelada de petróleo.
– Porque el año pasado (2010) fuimos capaces de convencer a 9 centros de salud y los resultados globales han sido impresionantes: hemos evitado entre todos que se talen 292 árboles y hemos ahorrado casi 9 toneladas de petróleo.
– Porque el esfuerzo que estamos haciendo entre todos da sus frutos.
– Porque es necesario que informemos de estos datos al resto de nuestros compañeros, para agradecerles el esfuerzo que están realizando.
– Porque si ya reciclamos en casa, tampoco cuesta tanto hacerlo en el trabajo. Reutilizando, por ejemplo, cajas como contenedores para el papel, el plástico y sensibilizando a nuestros compañeros se obtienen estos resultados. Por supuesto, todo esto no sería posible sin el personal de limpieza que recoge la basura y la echa a sus correspondientes contenedores. Separar para reciclar, es una cadena donde cada eslabón es imprescindible.
– Porque es necesario difundir estos datos para que cada vez seamos más. Es indudable que la cultura del reciclado debe abarcar todas las actividades de la vida diaria, y esto incluye nuestro lugar de trabajo. Estos hábitos suponen una aportación a la conservación del medio ambiente y una inversión en nuestra salud.

En resumen… Porque la mitad de los residuos que se generan en un centro de salud se pueden reciclar y no hay excusa para no hacerlo.

Os agradezco de antemano vuestro entusiasmo y vuestra colaboración.


Esther Ruiz Chércoles, pediatra, C. S. Santa Isabel, Leganés, Madrid.


Ejemplos de empoderamiento (I)

marzo 3, 2011

Hoy he recibido el siguiente correo electrónico:

Buenos días:
Nos dirigimos a vosotros para informaros que siguiendo las instrucciones de la Dirección Técnica de Mantenimiento, Obras y Servicios para comunicaros que toda aquella solicitud de realizacion de nueva infraestructura que lleve consigo coste necesita justificación de su necesidad por parte del Director del Centro quien la remitirá al departamento de Infraestructuras para su autorización, si procede, por parte de la Dirección Técnica de Mantenimiento, Obras y Servicios. La actual empresa de mantenimiento solo atendera incidencias relativas a reparaciones y mantenimiento de instalaciones ya existentes.
Actualmente desde vuestro centro de salud se ha solicitado a la empresa de mantenimiento instalación eléctrica nueva en la consulta 19 y cambio de mástiles de banderas de suelo a pared requiriendo ambas justificacion por parte del Director de Centro y aprobación del presupuesto correspondiente por parte de la Dirección Técnica.
Por lo tanto, en la aplicación informática de mantenimiento no puden darse partes relativos a la realización de nuevas instalaciones.

La instalación eléctrica de la consulta 19 es una nevera de vacunas que tiene un alargador que falla más que una escopeta de feria y solicitamos que se acerque el enchufe a la nevera, para conectarla directamente y sin alargador. Nada de obra, cable por encima de rodapié, sujeto con grapas para cable y un enchufe… Pues esto no lo puede pedir ni la responsable de vacunas, ni la responsable de enfermería, ni el de la unidad administrativa. Esto hará falta que lo pida el director… ¡Virgen Santa!

Alguien tuvo la brillante idea de poner mástiles con banderas a la puerta de los centros de salud (la de España, la de la Comunidad de Madrid y la del ayuntamiento, en nuestro caso Getafe). En lo personal, no me gustan las banderas nada de nada, si acaso tendría la del Real Madrid, pero, ya que están, por lo menos que sea con decencia. Han doblado y partido los mástiles, robado las banderas… No sé cuantas veces se ha arreglado y pensamos que tal vez altas en la fachada se salvarían… lo tiene que pedir el director.

Total, que estoy dispuesto a hacer algo por las vacunas, pero a las banderas… que les den.

Voy a acabar temiendo más las obras del centro que las de mi casa 😉

José Luis Quintana, médico de familia.


Unas cuentas sencillas

enero 17, 2011

Tras mi colaboración fotográfica con la nueva iniciativa/calendario «una receta una persona» y ver el extraordinario vídeo de Vicente Baos sobre cómo firmar 50 recetas (cheques descuento) en 1 minuto, se me ha ocurrido hacer unas cuentas sencillas:

Según parece, en el sistema sanitario público de la Comunidad de Madrid se realizan unos 98 millones de recetas anuales, lo que, dicho así, parece mucho. Tanto, que si un único médico se dedicara en exclusiva a firmar todas esas recetas, a la velocidad de 50 por minuto como en el vídeo -lo que ya es rapidez-, y considerando que trabajara unas 7 horas al día, alrededor de 220 días al año (descontando los fines de semana y fiestas de guardar),  emplearía más de 20 años en expender todos esos cheques descuento. O, lo que es lo mismo, 20 médicos, trabajando con dedicación exclusiva, malgastarían 1 año.

Tal vez sea que el tiempo de los médicos no valga mucho, pero ahora que se cacarea en todos los foros políticos y económicos sobre la mejora de la productividad, ¿hay algo menos eficiente que esto?

Se mire como se mire, ¡un despilfarro!

Pásalo, a ver si llega a los que dicen que les preocupa la mejora del país.

PD: Dedicado a Clara Benedicto, futuro médico de familia y gran fotógrafa 🙂

José Antonio González-Posada Delgado, médico de familia.


Podemos probar otras…

junio 28, 2010

La información completa aquí.

¿Por qué pagamos entre todos un fármaco que nuestros expertos dicen que, de momento, no se use porque hay mejores alternativas? Hay centenares de ejemplos.

¿Cuándo abordamos en serio la financiación de los medicamentos?

José Luis Quintana, médico de familia


Lo que cuesta y lo que vale un minuto

junio 7, 2010

Dice el refrán que «Solo el necio confunde valor y precio».

No quiero llamar necio a nadie, pero si calculamos a cuánto está el minuto de médico en la atención primaria española (AP), antes del descuento que se nos avecina, viene a ser de unos 25 a 35 céntimos de euro, céntimo arriba o abajo, según la antigüedad, digo… la experiencia del médico. No digo que sea ni mucho ni poco, aunque si lo comparamos con otros países europeos es bastante poco, solo digo que a las arcas públicas cada minuto de un médico de AP le cuesta eso, algo más si contamos las cuotas a la seguridad social y demás, sin incluir el resto de los gastos necesarios para que una consulta funcione.

A nuestros políticos les debe parecer bastante poco porque no les preocupa que los gastemos en «burrocracia» o que los desperdiciemos ante la pantalla del ordenador usando un programa que no funciona.

La verdad es que si hacemos caso a algunas páginas de Internet, con un minuto nos bastaría para curar a casi cualquiera que se deje…

Juan Bravo Acuña, pediatra de cabecera


Testes en bolsas

mayo 16, 2010

Cuando uno aprende el oficio, le enseñan una serie de rutinas. Por ejemplo: al paciente se le explora tumbado, con la cabeza a la izquierda del explorador.

En alguna ocasión la rutina se acompaña de una frase que repetimos como una letanía: pupilas isocóricas y normorreactivas; abdomen blando y depresible, no se palpan masas ni megalias…

Estas rutinas y letanías se incrustan tanto en nuestro hacer, que a veces las utilizamos sin criterio. Exploramos a un paciente con diarrea y en la historia figura eso de pupilas isocóricas y normorreactivas.

Uno de estos mantras que aprendí con los pediatras es la de testes en bolsas. Viene a querer decir «le he tocado las pelotas al muchacho y están donde deben». Aunque mis tiempos de atender niños quedaron atrás, esta maniobra tiene justificación en muchos momentos, pero en otros puede pasarle lo que a las pupilas. Esto en el centro donde trabajo da lugar a jugosos comentarios: la estrategia testes en bolsas es tocarle las pelotas a alguien sin necesidad, como rutina.

En estos tiempos de crisis es muy sencillo seguir la estrategia testes en bolsas con los funcionarios (entre los que estamos). Obsérvese al consejero de Hacienda de la Comunidad de Madrid.

Parece evidente que a todos nos toca arrimar el hombro pero… lo que vamos a tener que hacer es pagar la disparatada administración del dinero público que se ha hecho desde todos los lugares; desde el ahora llamado gobierno central y desde el autonómico. Los funcionarios de sanidad no hemos decidido cuántos hospitales hay que construir, ni la creación del call-center mediante empresas privadas,  ni localizar parte de la consejería en un edificio de Azca (corazón financiero de Madrid), ni ocupar un edificio de Gran Vía para a Agencia Laín Entralgo, ni invertir en desastres informáticos, ni financiar fármacos cada vez más caros sin ningún criterio…

Así que, consejero: están en su sitio, deje de tocarlas :-(.

José Luis Quintana, médico de familia.


Otros aspectos (también lacrimógenos) de las recetas

abril 19, 2010
Tomado de AntiBurocracia:
Dice Armando

Gracias a Silvia que se trabajó la búsqueda en el BOCM y a Carlos  que manda datos sobre el número de recetas oficiales (cheques/descuento) que se consumen cada año en España.
1. El precio de cada talonario (100 cheques) en la comunidad de Madrid es de 1,7 €, o sea, cada cheque sale por 1,7 céntimos. Supongo que en las demás CCAA será parecido aunque ¡vaya Vd. a saber! Las de Madrid parece ser que se fabrican en Eslovaquia.
2. Según Carlos se consumen cada año 627.000.000 (seiscientos veintisiete millones) de rojas y 262.000.000 (doscientos sesentaidos millones) verdes, sumando la bonita cifra de 889.000.000. Con algunas blancas oficiales, las azules que se usan y las verdes con la alguna inscripción rara como «campaña sanitaria», «síndrome tóxico», etc. debemos andar en torno a MIL MILLONES de cheques por año, ¡casi ná! Pues 1.000.000.000 x 0,017 € = 1.700.000 euros tirados directamente a la basura cada año en papel.
Súmale tonner de impresoras, electricidad para hacerlas funcionar, etc. y el despilfarro ya es de traca.
Solo con cambiar a la receta multiprescripción se ahorraría un 80% de esos dineros.

Añade Anna:

Bueno, desde la P10 nos habíamos entretenido en cuantificar cuanto ocupaba el papel en DIN A4 por recetas, profesional y año, para ilustrar en nuestras reivindicaciones de qué estábamos hablando. Pues nos salían 9 metros de altura en papeles de recetas (3 pisos); un arbol centenario anual, vaya. A 1 médico de AP cada 2000 habitantes (ya sé que no es exacto), para 40.000.000 (ya sé que españoles hay más pero no todos son adultos), pues toca a unos 20.000 árboles centenarios por año.

No sé si los cálculos son exactos, pero por ahí andará la cosa.

José Luis Quintana, médico de familia