Los profesionales sanitarios que pasamos consulta en la atención primaria de la Comunidad de Madrid nos encontramos inmersos en un proceso de normalización, aplicando un PNT (procedimiento normalizado de trabajo) sobre nuestras agendas de citaciones, por el que, por arte de birlibirloque, pasan a denominarse “agendas de calidad” (¿o era de cantidad?) aquellas que se parezcan a esta que describimos a continuación:

1. No más de 5 horas de agenda en la matriz diaria (En la propuesta inicial eran 5 horas a piñón fijo). [Se entiende que puede incluir el periodo de descanso reglamentario]
2. El cálculo de los trocitos en que debe estar fraccionado ese tiempo (huecos de cita) se realiza hallando la media de la presión asistencial anual de la consulta en cuestión, a la que se suma la desviación estándar (DE) de las medias mensuales (N.º de huecos = media + DE), pero sin exceder los 40 huecos máximos de cita diarios para los pediatras y 50 para los médicos de familia. (En la propuesta inicial no había un límite establecido). De esta forma, unas agendas tendrán visitas de diferente duración que otras, y todo en función de su histórico de presión asistencial.
3. La denominación por defecto de las citas será V, de visita. El algún caso se podrán cambiar en el momento de la cita por TEL (cita telefónica), DOM (domicilio) o EPS (reserva para hacer educación para la salud). [Echo en falta un tipo de cita (OMI lo llama «acto») que se llame CONJ, de visita conjunta]
4. Se definen 3 prioridades en función del color del hueco de cita:
– NEGRO. Cita normal a demanda. Puede obtenerse por medios automáticos y con días de antelación.
– VERDE. Cita concertada (preferentemente). No puede darse con antelación por medios automáticos, pero sí en el día de la consulta para la demanda si no hubiera negros disponibles. [Me refiero a huecos ;-)]
– ROJO. ¡Sálvese quien pueda! Eufemísticamente denominado “demanda no demorable” (antes, “sin cita”), y también urgencias y repartos.
[Llama la atención que la urgencia tenga un hueco previsto, cuando no somos un servicio de urgencias, y que los repartos de otras consultas también estén consolidados como parte de nuestra labor asistencial]
Los colorines deben estar armónicamente situados a lo largo de toda la agenda diaria, en una cantidad que resulta del siguiente cálculo arbitrario, bautizado por sus autores como «el modelo matemático»:
· N.º de negros = media – DE
· N.º de verdes = DE
· N.º de rojos = DE
5. El horizonte de cita (el día más lejano que podemos ofrecer) debe alcanzar al menos los 3 meses.
6. La citación puede ser de dos tipos, a demanda del paciente (por Internet, por teléfono o en persona) o propuesta por el profesional, de forma que el paciente sale citado del centro (citación concertada). [Este tipo de cita, aunque al principio no se pensaba así (¡uf!), puede darla tanto el profesional sanitario como el administrativo]
7. Sigue habiendo accesibilidad ilimitada, es decir, quien desee ser visto en el día, no habiendo siquiera huecos rojos disponibles en la agenda, ocupará un hueco virtual forzado… y que se aprieten los demás o se alargue la duración de la consulta. Eso sí, solo se pueden forzar citas desde la propia unidad administrativa local y no en la citación a distancia por cita automatizada de voz o por Internet.
8. Los indicadores asociados a este PNT (peneté) se refieren sobre todo al grado de cumplimiento de estas instrucciones, o sea, que tendrá una agenda de calidad el que sea más obediente. También hay indicadores de demora en la cita a demanda (cuando no se exija ser visto en el día) y en el porcentaje de citas forzadas.
Finalmente, se deja una puerta de escape para que, bajo la responsabilidad del director del centro, se realicen los ajustes pertinentes para cada situación.
Como consecuencia de todo esto y fundamentalmente para facilitar la cita automatizada y centralizada, se reduce la capacidad de innovación, dificultando la implicación de los centros en su propia organización y autogestión (nos limitan el acceso a una herramienta potente y versátil como es la agenda de OMI-AP® y AP-Madrid), aunque, por otro lado, seguro que sirve para arreglar algún desastre y algún abuso, que de todo hay. También se ha perdido una excelente oportunidad para poner algún tipo de freno a la demanda desmedida que socaba la eficacia del servicio que damos y también nuestra moral, si bien, a decir verdad, no sé si la agenda es la herramienta más eficaz para esto, pero seguro que puede ayudar.
Adiós… nos pille confesados.
Manolo Merino Moína. Pediatra de cabecera