Se acerca la campaña de vacunación de la gripe. En nuestro centro ha sido tradicional hacer modificaciones en las agendas de enfermería para adaptarnos a esta época del año. En general, hay dos alternativas: agendas específicas para vacunación (una o dos enfermeras vacunaban «a destajo» a los pacientes de cualquier consulta) o se creaban huecos específicos en las agendas de enfermería. En cualquier, caso los huecos eran de un par de minutos porque eran solo para vacunar… no se hacía consulta. Esto permitía atender más personas en menos tiempo. Se era más eficiente y el grueso de la consulta se vacunaba en pocos días. Todos los que trabajamos en la «empresa» sabemos que, por motivos poco claros, a los pacientes les entra prisa por vacunarse de la gripe en los primeros días… salvo que el fiasco de la gripe A haya cambiado las costumbres.
Este año va a ser distinto… los pacientes se citan por el «sistema automatizado por teléfono» («cita voz» le llamamos) o con la cita por Internet. Previsiblemente los pacientes cogerán los huecos de las citas de enfermería «normales» que salvo excepciones son de al menos 5 minutos para un procedimiento que se resuelve en mucho menos tiempo.
En algunos sitios aún no se han enterado de que la agenda define cómo y cuánto se trabaja y que, por lo tanto, es vital para la organización de los centros. La tendencia actual de que sólo «los jefes» saben lo que hay que hacer conduce a que todo el mundo trabaje igual. Quiere decirse que se mata la iniciativa individual (la mala iniciativa bien muerta esté, pero la buena también fallece) y se consigue que el profesional se desvincule de la mejora de las cosas.
Podemos acabar trabajando todos igual de mal… veremos.
José Luis Quintana, médico de familia.