Me temo lo peor

mayo 17, 2011

Se lee en los medios de comunicación: «hace falta un plan de cuidados paliativos». Me temo lo peor. Cada vez que ha pasado esto, hemos perdido una competencia.

En Madrid, en el contexto del caso del hospital de Leganés, aparecen las unidades de paliativos en los hospitales y en atención primaria. En primaria han recibido el nombre de equipos de soporte de atención domiciliaria (ESAD). En el fondo, la lectura que se hizo fue: en primaria no tienen tiempo para atender terminales, que consume mucho; les ponemos unos médicos (fácilmente médicos de familia, no es una cuestión de titulación) que se ocupen de los terminales y así, ellos pueden seguir con la crucial labor de ver un montón de gente sana y hacer mil papelitos. ¿No sería más bien al revés? Si no tienes tiempo para ver terminales, me voy a preocupar de dártelo. ¿Quién mejor que su médico de toda la vida para hacerlo? Seguramente habrá participado en el diagnóstico, habra seguido los esfuerzos curativos -es probable que haciendo recetas y entendiéndo los miedos del paciente y su familia-  y ahora que llega el momento de los cuidados para bien morir… vienen otros. Un completo sinsentido. No acepto el argumento de «si a los de primaria no les gustan los terminales». Si un médico de familia no atiende bien a un paciente terminal por desinterés, es un desalmado que debe ser expedientado y sancionado. Es nuestro trabajo y, probablemente, la parte más digna de él. Lo he dicho en alguna ocasión: si dejamos que nos aparten de los terminales, nos mereceremos todas las desgracias posteriores.  Por lo general el manejo no requiere ni grandes tecnologías, ni una ciencia del otro mundo. Precisa conocer los recursos farmacológicos o no y… tiempo. De hecho, el ESAD realiza visitas de entre 30 y 60 minutos. No le des el tiempo y los recursos a otro, dámelos a mí, que soy el que está en mejor situación para hecerlo.

Para remate, el mensaje que le queda al común de los oncólogos es: terminal => ESAD. Así se lo repiten a la familia: hay unos médicos especialistas en cuidados paliativos, dígale al médico de cabecera que le ponga en contacto con ellos. Desacreditan así tu trabajo, pueden decírselo un número ilimitado de veces,  y hacen dudar a la familia de que su padre… que se va a morir… esté en las mejores manos. He tenido que ir a vistar ingresados al hospital para decir en la planta que, tras el alta, lo llevaré yo. He tenido que explicar a la familia que el ESAD no tiene consulta, que va a casa y que su familiar, gravemente enfermo, que me visita regularmente, no es candidato a semejante cosa, una especie de extrema unción sanitaria…

En fin, que cada vez que se crea una unidad específica, nos «descargan de trabajo». Me gustaría que me preguntaran cómo me ayudan y qué clase de trabajo me quiero quitar. Porque yo debería recibir en consulta o ver en casa a los terminales y no darle la baja al operado de menisco que llevan los traumatólogos. Puestos a quitar…

Esto no es una crítica contra la situación en Madrid, que es semejante a la del resto de España. El que quiera ver en esto una crítica a los compañeros del ESAD, puede hacerlo, pero estará falto de razón, de miras y de neuronas.

José Luis Quintana, médico de familia.

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La R1 y la Web 2.0

abril 7, 2010

¡Hola! Soy Alicia, residente de primer año de pediatría en el H. U. de Getafe. La verdad es que yo no debería de haber hecho mi rotación en este centro de salud, ya que no es por el queLa residente y la Web 2.0 habitualmente rotamos, pero, por circunstancias que no vienen al caso, aquí estoy, en el centro de salud El Greco. Y la verdad es que me alegro mucho de haber caído aquí.

La experiencia por la atención primaria:
Al principio pensé: «Vaya rollo, a ver más mocos y toses. Por si no viera pocos en la urgencia». Pero aún así me lo tomé con filosofía: «Bueno por lo menos voy a aprender algo sobre como manejar a los padres y a tener reflejos ante todas esas preguntas del ya que estoy… que tan desprevenida me solían coger». Nada más lejos de la realidad.
Creo que rotar al inicio de la residencia por el centro de salud es algo muy sano para el médico recién licenciado. Tomas conciencia de los problemas que realmente preocupan a los padres, y te das cuenta de que el trabajo que se hace a este nivel es básico para una adecuada educación en salud infantil, devolver a los padres esa confianza en ellos mismos que se pierde, unos más y otros menos, al tener que cuidar, alimentar, educar y etc. a un hijo. Desde aquí se puede facilitar la vida enormemente a los padres y hacer muchas más cosas de las que nos pensamos desde fuera. Te sientes un médico útil, a pesar de que muchos puedan pensar lo contrario.
Pero lo que realmente me alegra de haber estado en este centro ha sido conocer la Web 2.0.
Me ha abierto un gran campo de posibilidades que yo creía que solo estaban al alcance de unos pocos. Por ejemplo, jamás me hubiera imaginado estar escribiendo un post para un blog. Yo que odiaba todo lo que tuviera que ver con los ordenadores; para mí llegar a casa y tener que mirar el correo era todo un sacrificio. Todo lleno de mensajes sin contenido, alguno con gracia eso sí, pero vamos, que la mayoría para borrar. Ahora, sin embargo, es todo lo contrario. Me han enseñado que mucha gente usa internet para fines realmente útiles, como compartir información con los demás: me refiero a herramientas como Dropbox con sus carpetas compartidas con quien tú quieres, y además para los que nos dejamos el «pincho» o pendrive siempre en casa nos viene de perlas, porque con una conexión a internet lo puedes guardar y luego tenerlo en tu ordenador como por arte de magia. Slideshare para mostrar al mundo las presentaciones tan bonitas y que tanto trabajo te cuesta hacer. Ayudar a los colegas que como tú están al pie del cañón, mediante las listas de correo como PEDIAP. Para intereses comunes en relación a nuestra formación con un montón de páginas web donde buscar información y que además te mantienen actualizado con sus RSS, como Webicina o el gipi-RSS (no es por hacer publicidad, es que está realmente bien). Y por supuesto, cómo hacer un uso racional de una red social como Twitter, en la que de un vistazo te enteras de un montón de noticias, aunque algunas no te interesen tanto. En fín, todo un mundo nuevo al que acabo de conocer y todavía no controlo del todo pero que me tiene enganchada. Ahora al llegar a casa ¡tengo ganas de encender el ordenador! ¡Quién lo hubiera dicho! Pues eso, como suelen decir por aquí: ¡PEGA EL SALTO A LA WEB 2.0!
Alicia Hernández Brea, residente de pediatría del H. U. de Getafe.