Protocolos a-mi-no

julio 1, 2010

Recibimos periódicamente los protocolos de consenso primaria/hospitalaria (léase especializada). Hoy le ha tocado el turno a la hipertrofia benigna de próstata. Viene con el aval de la Dirección General de Atención Primaria, un documento de consenso… en fin todo lo que se le pueda pedir.

Analiza uno el árbol de decisión con interés y puede estar más o menos de acuerdo en lo que se hace. De repente, llega uno a la derivación al urólogo y ve que de allí no sale ninguna flecha. En el documento de consenso está lo que debería hacer el médico de familia antes de derivar al urólgo pero no está lo que debe hacer el urólogo tras la derivación. Esto es una constante en todos los protocolos: no viene lo que debe pasar después de la derivación. No me parece razonable. Desconozco que es lo que nos ha llevado a entender estos acuerdos así.

  • ¿Se considera que todo urólogo -en este caso- sabe lo que hace y no necesita árbol de decisión?
  • ¿No podría figurar que se considera el plazo máximo de atención dónde la lista de espera se vuelve intolerable?
  • Si viene la información necesaria para una buena derivación ¿no debería venir la precisa para una buena devolución?
  • ¿No podría venir que el tratamiento sea una recomendación terapéutica en la que se obliguen a respetar las normas elementales  del uso racional de fármacos? Ya que se nos pide cuenta de sus gastos, es lo mínimo.

Lo que ha pasado es que la mayor parte de los protocolos son protocolos a-mi-no, en los que la filosofía subyacente es «no me lo mandes hasta que todo esto esté hecho y después ya te digo yo lo que hay que hacer…».

  • La lista de espera en el especialista es grande.
  • Conclusión: se deriva demasiado (pedazo de simplismo).
  • Por tanto,  hacemos un protocolo de coordinación para que se derive menos.

Este es, en mi opinión, uno de los motivos por los que  tras décadas de protocolos nada ha cambiado. Hasta que estos protocolos no sean un verdadero pacto en el que primaria esté en el mismo plano que especializada serán un fracaso. Ni con el aval de las sociedades de primaria, ni de la dirección general de que sé yo, ni con nada.

José Luis Quintana, médico de familia.