DCI, EFG y GPS

La verdad, para algunas cosas, la crisis es estupenda. Ha llegado la hora de “retratarse”: el dinero no nos llega y hay que ver por dónde metemos mano al problema. El Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud decide que en España se prescribirá por Denominación Común Internacional (DCI).

Gruesos calificativos entre farmacéuticos y la industria del medicamento, división de opiniones entre los médicos.

España es un país sin planes, da igual que sea el gobierno central que las autonomías de cualquier signo político. El pobrecito uso racional de los medicamentos, que tiene detrás mucha ciencia y mucha sustancia, aquí no sirve más que para ahorrar, pervirtiéndolo todo. ¿Es bueno recetar por DCI? Si es para ahorrar, es una simpleza que funcionará un tiempo para salir del apuro y se acabó. Si es para cambiar muchas cosas muy profundas (el verdadero marasmo terapéutico español, la relación de la industria con los sanitarios, los congresos médicos, los cambalaches de las farmacias…) él sólo no va a poder. No es serio que un país, que limita ayudas a los parados o que recorta las pensiones, siga financiando fármacos, que desde que se valoran son clasificados por los propios financiadores como “no aporta nada nuevo”. Y, además, recomiendan que no se prescriban.

Ni siquiera se retiran fármacos que se lanzan al mercado con la sospecha de ser una roña y… finalmente lo son. Se aprueba una batería de nuevos fármacos para la diabetes que, la verdad, no parecen especialmente bien medidos: las nuevas insulinas, antes la rosiglitazona, ahora la pioglitazona, la exenatida y la sitagliptina… Todo esto con unos ensayos clínicos apoyados en resultados intermedios y, para remate, a un precio disparatado. Medicamentos con ninguna aportación novedosa, con los problemas de seguridad que se asocian a los nuevos fármacos y, por supuesto, mucho más caros. Todos financiados. Como la dronedarona, el cilostazol…Podemos ver fármacos peores que los disponibles pero 15 veces más caros y pagados por los ciudadanos.

Las agonías económicas sean bienvenidas si nos convierten en un país serio. En un pais que no hace de la atención sanitaria  y de la prestación farmacéutica un instrumento político (hemos vivido verdaderos esperpentos entre comunidades autónomas) sino un servicio básico de atención a los ciudadanos y, como tal, cuidado por políticos, gestores, trabajadores de la sanidad y pacientes.¿Cómo seguimos financiando champú para la caspa mientras recortamos presupuesto de investigación o de educación? ¿Cómo seguimos satisfechos de este sistema que favorece la toma masiva de fármacos? Eso sí baratos.

Un sistema que ha reducido las consultas médicas a un proceso que termina en un fármaco. La mitad de la medicina debería hacerse hablando y la otra con medicamentos. A la industria le parecerá inadmisible y derramará lágrimas de cocodrilo, pero somos un despropósito en medicamentos donde se financia prácticamente todo lo que no envenena. Con el sobrante de esto se financian ensayos clínicos, algunos muy honrados y otros tramposos,  congresos científicos, formación médica con comida incluida, reuniones de expertos, sociedades científicas… en fin.

Las recientes decisiones incluyen una tímida apuesta por la creación de comités de evaluación. Apuesto a que no prospera, porque el 90% de lo que se autoriza y financia no aporta nada nuevo.


En este país, si eres un anciano venerable al que se te va la cabeza por una demencia te pueden dar medicamentos “a paladas”, pero no pidas una ayuda para que alguien te acompañe y no te extravíes en la calle… que aunque las tomes te extravías. A cambio de eso, si descubres un gran fármaco de esos que duran décadas te ves obligado a mantener un precio ridículo… para siempre, como la clortalidona.

Hay que tener un plan… hay que saber dónde se quiere ir, que no es donde se gasta menos dinero (que a lo mejor también) es donde se gasta el dinero en lo que merece la pena gastarlo. Seguramente es mejor fármacos más caros y menos, que este estilo de muchos y baratos. Hay que pensar qué se quiere que represente la industria farmacéutica en el sistema sanitario español. Es imprescidible un organismo, independiente, que evalúe la pertinencia de la financiación. No debe bastar que un fármaco exista para que lo paguemos con nuestro dinero… algo más tendrá que demostrar.
Por muchas vueltas que le doy, como clínico, no consigo encontrar inconvenientes a la prescripción por DCI, salvo uno: si el día de mañana escribo duloxetina en la receta, ¿quién decide si se le da Ariclaim©, Cymbalta©, Xeristar© o Yentreve©? Terapéuticamente no hay diferencia, pero, si se ha de tomar esa decisión, debe ser en el interior de la consulta.

Es que ya lo hemos visto casi todo, hasta los genéricos con marca. Sin un plan, ahorraremos a la corta y seguiremos por el enloquecido camino por el que vamos, aparecerá la DCI con marca y… vuelta a empezar.

Y, finalmente, tampoco me parece aceptable que, como hay otros sitios donde también se despilfarra dinero, éste lo dejemos como está.

No sé si teminaremos recetando por DCI, pero necesitamos GPS.

José Luis Quintana, médico de familia.

8 Responses to DCI, EFG y GPS

  1. FernandoG dice:

    Voy a empezar a recetar DRONEDARONA , DABIGATRAN, PITAVASTATINA,ALISKIREN,, FESOTERODINA , RANELATO DE ESTRONCIO ,TERIPATIDA ,ROFLUMILAST ,INDACATEROL, BAZEDOXIFENO, AMLODIPINO + ATORVASTATINA,
    QUETIAPINA PROLONG ,AGOMELATINA,CILOSTAZOL y por la noche DAPOXETINA.
    No voy a poner ninguna marca original, aunque curiosamente en la farmacia les darán la única marca que existe de estas novedades y no tanto, que son usadas y prescritas en especializada, y que dentro de poco hará que el ahorro que se ha producido gracias al PRECIO DE REFERENCIA, y no a que se llamen GENERICOS, se vaya todo al garate. Aunque es posible que no lleguemos a verlo.
    Pero siempre saldrá un político, y lo que a mi me pone peor, un representante de nuestro lado, diciendo que lo que hace que aumente el gasto son las marcas.
    Lo que hace que aumente el gasto, son el tipo de medicamentos prescritos. Y los que recetamos parece que algunos han olvidado, somos los MEDICOS. Los pacientes confian en nosotros y toman lo que les indicamos.
    Por lo tanto lo que hay que hacer no financiar productos que todas las Boletines terapeuticos de las comunidades dicen que no aportan nada. Pues antes de autorizarlo que hagan los boletines.
    En segundo lugar establecer precios de referencia claros y racionales. No puede tampoco ser que se ponga omeprazol a 1.71, bajándolo de 2.40, cuando todos recordamos que llego a costar 6000 pts. A esos precios solo industría farmaceutica pirata puede ofertar ese producto, y sin embargo no va a poder suministrar, y las industrias farmaceúticas serías, de genéricos, que las hay dejan el mercado.
    Y alguno tendrá que hacer un propósito de la enmienda, y reconocimiento de culpa de los congresos que le han pagado a lo largo de su trabajo esta malvada industría farmaceútica y entonar un mea culpa..
    Insisto los que recetamos somos nosotros y nos damos ahora cuenta que el uso irracional del medicamento, es lo que ha llevado en parte a esta situación de desastre, en lo que en la farmacia se refiere.

    • José Luis Quintana dice:

      Tiene uno la sensación de clamar en el desierto pero mira… http://goo.gl/CsPzI algo va calando
      Un saludo

      • FernandoG dice:

        Ese es el fondo del asunto. El que habría que haber solucionado hace tiempo. Creo que ya no lo hay.
        Novedades, siempre más caras que lo existente, que incluso habían probado ya su inutilidad, que son sustituidos por novedades novedosas, admitidad, a un precio mucho mayor.. y que todos los Boletines de Información Terapéutica de los 17 ministeriores(otro tema que ha hecho que lleguemos a donde estamos), dicen que no aportan nada..
        ¡¡ Pues coño…!! No lo autorices.
        Y no dejes recetarlo a los que lo suelen recetar… los especialistas de hospital.
        Y nada de receta electrónica que haga que una prescripción evitable con el tiempo se transforme en una receta inevitable..
        Las medidas tomadas no sirven para nada.
        Casi el 90% de los genéricos valen lo mismo la marca origina y el EFG. ¿Que más da lo que se recete?
        PRECIO DE REFERENCIA.. PDR lo importante. NO EFG.
        Porque lo que viene es que laboratorios inexistentes, piratas, tiren a la baja precios de cosas que ya están en su nivel mínimo, y la industría que puede producir, no lo haga porque no le rentable. Todos los días vemos como productos de marca desaparecen porque hay genéricos a precios absurdos.
        Al final, los que acaban con la industria farmaceútica, es la propia industria farmaceútica.
        Por cierto que levanten la mano los que no deben nada a la industria farmaceútica a nivel de formación, de cursos, de congresos en los últimos 20 años…
        Ahora nos damos cuenta de que hay que ser independiente, por supuesto que sí, pero se dan cuenta a veces los mismos que antes pensaban de otra forma.
        Autocrítica ausente.
        Un saludo.

  2. […] Vía: Blog ATensión Primaria […]

  3. Gal.eno dice:

    «…que no es donde se gasta menos dinero (que a lo mejor también) es donde se gasta el dinero en lo que merece la pena gastarlo…»

    bien, ahora podremos separar formación de calidad de prebenda*

    «…pero, si se ha de tomar esa decisión, debe ser en el interior de la consulta….»

    Mal, el que dispensa marca urgencia y desabastecimiento que es lo que ha hecho toda la vida con tus recetas y da lo que quiera, que para eso es el experto en medicamentos. Se siente.

    «…Por lo tanto lo que hay que hacer no financiar productos que todas las Boletines terapeuticos de las comunidades dicen que no aportan nada. Pues antes de autorizarlo que hagan los boletines….»

    Muy bien y regular. Los boletines y los blogs (como este) los excriben frikis muy competentes, mira la que han liado solo con internet 1.0, la que se avecina es mejor. Va a ocupar su sitio cada actor y se van a acabar los servilismos a la mal llamada industria farmacéutica, que lo que menos trabajan en ella son farmacéuticos, solemos gustar más de boletines y blogs, y menos de intrusismo profesional.
    Los boletines es lo que tienen, que hay que leerlos SIEMPRE para estar informados, que luego le preguntas a tu escote de turno (perdón…visitadora o como se llame) por el cáncer y la osteoporosis o la THS y te sale con: «tenemos un congreso sobre eso en las Islas Galápagos que es la monda, y con langosta oiga»
    Eso, se os va a acabar porque se van a apretar los cinturones que es lo que de verdad duele en el seno de los colegios profesionales, el mío y el tuyo.
    Mi más sentido pésame al que se sienta afectado.
    Bárbara

    (*def:Renta aneja a algunas dignidades y oficios eclesiásticos.)

    • José Luis Quintana dice:

      Me entero regular, son muchas cosas revueltas. No se si eres partidaria de que yo prescriba DCI y tu decidas. Mal, no son más honrados los farmacéuticos que los médicos (ni menos). Seguramente saben más de fármacos que yo, pero seguramente yo más de pacientes que ellos. La terapéutica no trata de fármacos, trata de pacientes.
      Tampoco digo quue se lean los blogs y decidan. Hay que tener expertos independientes que decidan. Por cierto casi todos los que cito son de farmacéuticos… nada frikis, son gente muy, pero que muy valiosa, con muchos años de trabajo en la evaluación de fármacos. Pero yo en esto no mezclo para nada el intrusismo profesional. Eso para otro post.
      Un saludo

  4. Rafael Bravo dice:

    Lo más sorprendente es que algunas instituciones y compañeros se han alegrado dela prohibición, no de que lo puedan hacer, que ya se podía, sino de que al os demás los POLÍTICOS nos prohíban hacer lo que creemos más conveniente.

    • José Luis Quintana dice:

      Yo, si es que el estado decide que solo compra enalapril «acme» y que solo financia ese porque «yo pago y yo decido con mi propio criterio lo que financio y cómo» no tengo inconveniente. Pero, si se va a poder elegir entre distintas alternativas, es una decisión que compete a médicos y pacientes.

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